Blogia
Anartistas

Uno creia posible explorar a San Salvador de Bahia, recorrer sus calles,
detenerse en eso o  pasar por alto aquello, palpar y lamer, respirar y
agarrar, penetrarla. Pero la intensidad de S.S. de Bahia se anticipa a esa
intencion. Bahia solo se deja merodear,  mantiene distante sus secretos y
abruma con su coraza: calor agoviante e infinidad de vendedores ambulantes
o meninos que piden su parte por tener que estar expuestos a tanta mirada
curiosa. A la avidez del turista la avidez del bahiano: "sonria, que esta
en Bahia, você é frances o argentino?, voce tem grana? Deme!!". La figura
del negro bahiano es seductora y atrapante, ancestro de esclavos, atrae,
pero -al mismo tiempo- repele, para sacarle fotos es necesario mantenerlo a
distancia... Para el bahiano el turista tiene la misma cualidad: seduce por
su dinero pero repugna su interes exagerado. Entre Bahia y quien escribe
estas líneas hubo un abismo infranqueable, Bahia será para siempre un amor
imposible. Disfrute y padeci la hondura de ese abismo, y quede en las
puertas de lo sagrado, apenas si pude intuirlo, y compre un souvenir de la
nada. Yo te perdono San Salvador de Bahia por no poder quererte sin una
alta dosis de hostilidad y por hacer de cuenta que estuve recorriendo tu
mundo cuando muestre las fotos...

0 comentarios